El tercer ojo

Hola A todos, hoy hablaremos del tercer ojo o “Ajna”. Este chakra que se encuentra entre los dos ojos físicos y directamente relacionado con la glándula pineal situada en el centro de nuestro cerebro y responsable de gran cantidad de funciones fisiológicas y hormonales como la secreción de melatonina responsable de los ciclos del sueño, donde entramos en ese otro mundo, el onírico, donde a veces, la intuición y la precognición se muestra  de forma clara y directa,  y otras con forma de trabalenguas surrealista difícil de descifrar. Es muy curioso que no ha sido hasta la actualidad cuando se ha demostrado científicamente que esta glándula tiene fotoreceptores al igual que la retina y muchas mas similitudes en el procesos de interpretación de la luz, ¿es por eso por lo qué puede proyectar imágenes en nuestro cerebro cual televisor con una frecuencia de onda abierta a otras sensibilidades? quien sabe. Demostrado también que secreta una sustancia conocida como DMT o “molécula del espíritu” que se libera durante el sueño, las experiencias místicas y espirituales y también durante la muerte. El DMT ingerido tiene efectos alucinógenos más poderosos qué cualquier droga.  Curioso también que esta molécula que puede producir experiencias extrasensoriales esté acumulada en nuestra glándula pineal. Pero lo más curioso de todo es que todo esto que se está demostrando científicamente de un órgano tan pequeño y complejo sea lo que culturas milenarias y tradiciones antiguas identifican con ese tercer ojo. Más allá de las evidencias científicas hablaremos de este chacra o punto de energía tan especial y de lo que nos puede aportar al despertarlo y su importancia.
¿Qué es lo que lo que hace que este chakra sea tan importante? El tercer ojo es la puerta, el portal de la intuición y de la precognición. Este “ojo interno” es  otro prisma diferente al  habitual (ojos físicos) por donde un puede ver las situaciones y anticiparse a los hechos con una perspectiva más profunda, casi como una voz o imagen interna, que si escucháramos más, nos ayudaría a desenvolvernos mejor en muchos aspectos de la vida. Este prisma nos proyecta sensaciones desde un plano diferente que intentamos traducir con el resto de sentidos más comunes y entrenados, es por eso que muchas veces no le prestamos la atención adecuada, porque no le entendemos. Pero si aprendiésemos  a escuchar e interpretar, si prestásemos más atención a esos mensajes cifrados, que en un código familiar pero ajeno al mismo tiempo debido a la falta de atención que le prestamos, conseguiríamos conectar, entender y escuchar más a nuestra intuición sabedores que esa voz interna pocas veces se equivoca.
Meditación-para-abrir-el-tercer-ojoEn todas las escuelas  y corrientes esotéricas le dan un gran valor para el desarrollo de poderes ocultos. Son muchas  las culturas antiguas donde  aparece este tercer ojo:

El Cristianismo, el Ojo que todo lo ve es “el Ojo de la Providencia”, y apareció en el siglo XVI. El ojo se encuentra dentro de un triángulo, representando la ubicuidad de la Santísima Trinidad, así como la omnipresencia divina y su vigilancia constante sobre su creación. Esta simbología ha sido adoptada también por sociedades secretas a lo largo de la historia.

El judaísmo y otras religiones de Medio Oriente, el Ojo que todo lo ve aparece en la forma de un símbolo llamado Hamsa, Khamsa o Hamesh. Se trata de un ojo en la palma de una mano, que suele colocarse en casas o llevarse como amuleto de protección contra el “mal de ojo” (enfermedades provocadas por la envidia del ojo de los enemigos.)

Egipto tiene el Ojo de Horus (también conocido como el Ojo de Ra), el cual también está ligado a las deidades solares. Se decía que el ojo izquierdo de Horus es la Luna y el derecho es el Sol. El ojo de Horus era un concepto ampliamente difundido y venerado al que se le atribuía propiedades vinculadas con la salud, la prosperidad, con el pasaje al otro mundo, y la capacidad de renacer.

Para el budismo, Buda es “el Ojo del Mundo”, y la iconografía de los textos y templos de Nepal suele presentar el símbolo de un ser que mira hacia el frente con un ojo de oro en el centro de la frente (otra referencia al tercer ojo). Consideran el tercer ojo como un punto de proyección hacia la conciencia cósmica.

En el Hinduismo Shiva tiene tres ojos, el tercero en mitad de la frente, en referencia a un conocimiento ilimitado, que destruiría todo lo que viera cuando se abra. Sin embargo, el ojo de Shiva también está ligado a la sabiduría divina, que arrasa con el mal y la ignorancia.

Centrémonos en el por qué  desarrollamos la intuición si abrimos este centro de engría y  sus  posibilidades.
Un tercer ojo para despertar la intuición.

Si con los ojos físicos sólo puedes ver en el plano del mundo físico. Con el tercer ojo puede ver el mundo más allá de lo físico, en otro plano más profundo e intangible sólo perceptible desde el interior, el mundo espiritual y extrasensorial. Aunque son muchas veces  nuestros otros sentidos, los que nos alertan y ayudan a interpretar con sensaciones físicas. Olores, un gusto extraño en la boca, una especie de susurro, como si una voz interna te hablase, la piel que se eriza, una especie de imagen onírica como un fotograma borroso  que te pone en alerta, que interpreta la visión de tu tercer ojo para que sea algo más fácil de entender. Esto que todos hemos sentido, dándole mayor o menor importancia y atención y que nos alerta ante situaciones presentes, inmediatas o muy próximas en el tiempo es sólo una pequeña parte de lo que nuestro tercer ojo puede mostrarnos. Es algo que sucede habitualmente y de forma natural para todos sin misticismos ni grandes esfuerzos para lograrlo, otra cosa es el caso y la atención que ponemos en estos mensajes y sensaciones. Hoy en día en un mundo sobre estimulado en el que vivimos, sufrimos un bombardeo constante sobre todos nuestros sentidos más comunes y entrenados, todo este “ruido” mitiga y oculta esa visión interna de nuestro tercer ojo. Ahora bien, como contrapartida vivimos en uno de los momentos de mayor apertura al mundo espiritual y energético, esto nos va ha facilitar mucho este trabajo de comunicación interior y un menor esfuerzo para el despertar de la intuición y mucho más.

El tercer ojo está fuera del mundo físico, más allá de las tres dimensiones y tiene la facultad de ver en el tiempo más allá de la linealidad de la tercera dimensión. Es esta facultad la más importante y más difícil de desarrollar. Es este chacra, el que puede ver más allá del tiempo, por eso nos permite tener esas intuiciones de corto plazo que nos alertan, generalmente, de peligros inminentes, pero es mucho más, no sólo puede anticiparse a los hechos sino que nos permite ver cosas que sucedieron en un lejano pasado y cosas que sucederán porque la dimensión en la que “ve” no es la dimensión física.

¿Se pueden entrenar estas facultades?

Desde que nacemos estamos entrenando los sentidos para interpretarlos y desenvolvernos en el mundo físico.  Aprendemos y entrenamos los ojos para darle forma al mundo material y tangible. Pues el tercer ojo también puede entrenarse para ver en el mundo espiritual. Todo pasa por un proceso de transformación interno donde debemos ser capaces de vernos como algo más que la propia materia que nos da forma y nos rodea. Hay quien despierta esta capacidad de forma innata, quien necesita un largo camino, no es algo fácil. También puede ser un proceso guiado, siempre por un maestro experimentado que nos irá enseñando el camino y abriendo hacia el mundo espiritual y de las energías. Este chacra es muy especial, sobre todo para el desarrollo de las videncias.